jueves, 19 de julio de 2012

De entrada a la ciudad

Con un octavo aprobado y catorce años de edad, dejamos El Papayo, Guayubín; salimos para Santiago de los Caballeros en busca de un liceo para continuar los estudios secundarios o del nivel medio. Mis hermanas ya vivían en barrio llamado Nibaje, donde en la época cuando no había acueducto en la ciudad había que bajar al Río Yaque a buscar agua y en tiempo de lluvia cuando alguien preguntaba sobre el camino para bajar, los que venían subiendo solo contestaban ni baje y de ahí el nombre del sector.
Mis hermanas cambiaron su historia de tres mujeres campesinas por dos estudiantes en busca de cambiar su futuro. Campesinas, obreras de zona franca y ahora estudiantes en busca de llegar a la universidad. Un gran reto y mira que lo consiguieron.
Ya éramos cinco: tres mujeres y dos chicos. Mi hermano Hipólito estudiante de educación en la Escuela Normal Emilio Prud´Homme, a mí me tocaba la formación nocturna en el Liceo Onésimo Jiménez junto con mi hermana Juliana, mientras Bélgica se preparaba para entrar a la universidad y su deseo de hacerse contable.