martes, 15 de noviembre de 2011

Emerger desde la nada

Nos tocó vivir en una casa pequeña, construida de madera, con un piso de cemento y un techo de zinc, tenía dos habitaciones, una sala-comedor pequeños y una cocina pequeña. El baño era compartido para dos familias. Aquí vivía junto mis hermanas Rosario, Bélgica y Rosario y mi hermano Hipólito. Cada mañana mis hermanas partían a sus respectivos trabajos: Bélgica y Juliana a la Zona Franca, Rosario a la Jabonería Valencia. Difícil situación las de mis hermanas: en el día eras obreras dedicadas a las labores productivas y en la noche camino al liceo nocturno Onésimo Jiménez en busca de terminar sus estudios secundarios. Tenía entonces catorce años y me iniciaba en primero del bachillerato. Aquí tuve que aprender a administrar todo un hogar: desde la limpieza hogareña, la compra del colmado, la elaboración del desayuno y la comida, hasta llevar almuerzo a la Zona Franca en las famosas guaguas de ONATRATE (autobuses). Mi hermano entró a la escuela Normal Emilio Prud´Homme para iniciar sus estudios que lo llevarían a convertirse en maestro. Camino que sin saberlo me llevó a seguir irremediablemente sus pasos. Así fueron pasando los años: Rosario se unió con Guarino y la vida le regaló el consuelo eterno de soñar con un arquitecto cuando sus otros hijos ni siquiera se hicieron bachilleres. Bélgica se gradúa de bachiller, entra a la universidad y después de tanto batallar sin lograrlo con un título profesional de administración, finalmente se gradúa de técnico. Por fin deja la Zona y cambia el ambiente ardiente de una empresa textil por el aire de una oficina. Se casa con Negro y la vida le trae a Alexandra y Adamilka. Juliana batalló y batalló hasta que alcanzó su título de bachiller, pero no le fue bien en la universidad, al fin la abandonó. Se casó con Pablo, lamentablemente perdió su primera criatura como es casi normal en países en vías de desarrollo, un niño a punto de nacer con toda la esperanza de sus padres muere por un médico general que nada sabe de obstetricia, luego de ese fracaso inicial llega Romy y Jonathan. Hipólito termina la escuela Normal con el título de Maestro Normal Primario y se dirige a El Papayo, Guayubín en busca de sus tandas de maestro. Quién diría que de un agricultor surge un maestro para enseñar a los niños campesinos. Se casa con Rosa y nace Yamilka y luego Maire. De mí. Me tocó emerger desde la nada. Dos años de bachillerato nocturno, dos años de Escuela Normal y una nueva vida como maestro en medio de la nada. Nada de luz ni acueducto ni transporte. Pero sí un montón de mujeres hermosas.

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