domingo, 16 de agosto de 2009

Leyendas, creencias y otras barbaridades

La serpiente
Según se cree en esta zona del noroeste de la República Dominicana las serpientes terrestres, llamadas culebras, comían todo tipo de animales. Estas ingerían a lo largo de toda su vida una enorme cantidad de grasas y proteínas que las hacía crecer hasta convertirse en unas serpientes de gran tamaño, de tal forma que ya se les dificultaba arrastrarse sobre la tierra. Sólo les quedaba, como último recurso de supervivencia, encaminarse hacia el mar para allí convertirse en lo que se llama la Bestia de la Mar. Este enorme monstruo dejaría un largo camino desde las montañas hasta el mar, que podría ser visto incluso desde larga distancia.
Esta leyenda podría compararse con la historia bíblica del famoso leviatán o el mismo monstruo observado en la película Piratas del Caribe, aunque ahí se asemejaba a un pulpo gigante.
Luciérnagas
Para los campesinos las luciérnagas son llamadas mimitas. Estas se pueden observar en medio de las noches oscuras, más cuando no existían las redes eléctricas. Estas mimitas no eran insectos voladores que deambulaban en medio de la noche. No, eran las almas de los muertos que no encontraban el camino al cielo. Cada una de ellas producía ese temor insensato en la mente de los más chicos sólo con la idea de estar caminando con un muerto por un camino solitario.
Sólo bastaba con mirar la enorme bóveda celeste en la noche oscura para observar la magestuosidad de la Vía Láctea, pero para los campesinos no era más que el camino al cielo que El Señor mostraba a esas almas perdidas en medio de los caminos olvidados de la tierra.

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